La pregunta es sencilla: ¿A qué edad podemos o debemos empezar a regalar a los niños juguetes digitales y autómatas?
O formulado de una forma más científica: ¿cuándo consideran los pedagogos y psicólogos infantiles de raíces freudianas que los críos pueden pasar en sus juguetes de la fase analógica al complejo de Edipo, que es eminentemente digital porque funciona por conmutación en el triángulo afectivo?, ¿y qué puede pasar de bueno o de malo si el juguete tecnológico, la moda que arrasa esta temporada navideña, además de cerebro digital tiene pantalla?
Cuando llega el inicio del año nuevo se acercan los Reyes, cuando muchos de los que tenemos que comprar regalos para los más pequeños de la casa se nos plantean una serie de cuestiones. ¿Un juguete de toda la vida, de cartón piedra u hojalata, que funciona a cuerda, un autómata de los de siempre? ¿O por el contrario un juguete digital con pantalla, decenas de chips, un computador disfrazado de juguete, un autómata que roza la inteligencia artificial y que no resuelve el Edipo, ya que hasta los padres querrán jugar con este nuevo artilugio?
Seguro que estas próximas navidades del 2007-2008 el dilema volverá a estar en cada uno de los que tenemos que comprar un juguete para ese sobrino o sobrina pequeña, planteando multitud de dudas de que es lo más adecuado, desde mi punto de vista, ambas cosas, porque tampoco es bueno que se quede atrás en lo que tecnología se refiere, pero por supuesto sin disfrutar de una autentica niñez, porque jugar al escondite, a la muñecas, a la chapas o las canicas, son cosas que solo se pueden vivir una vez, y es mejor no dejarlo pasar.
vía: El País