En primer lugar destacaremos algunas cifras en este caso arrogadas por Asociación de Investigación de la Industria del Juguete (AIJU), quien luego de analizar las empresas más importantes de la industria determino que tan solo el 5% de los juguetes comercializados en el mercado pueden ser catalogados cómo aptos para todos los niños.
Es por ello que destacaremos algunas pautas dependiendo las limitaciones del pequeño, antes de ello es importante siempre consultar con el pediatra o quien se encuentre a cargo de algún proceso de recuperación, evitando así que el desarrollo del juguete pueda significar un impedimento en la terapia medica.
Discapacidad visual: Opte por juguetes de texturas reconocibles al tacto, preferentemente aquellos que predisponen al armado o encastre, propiciando el comienzo de las actividades más recurrentes en la vida cotidiana cómo la manipulación de objetos desde la primeras etapas infantiles.
Discapacidad auditiva: Disponga los mismos juguetes que con cualquier otro niño, siempre dependiendo del grado de perdida de dicha capacidad, en algunos casos existen juguetes especialmente diseñados para subsanar la deficiencia sensorial.
Discapacidad Motora: Siempre y cuando no afecten ningún proceso terapéutico, presente juegos de fácil manejo cómo bloques para armar, que no requieran movimientos finos, la imposibilidad de jugar con dicho juguete frustrara al pequeño cuyo avance ha de ser paulatino.
Discapacidad Intelectual: Simplemente verifique la edad recomendada y espere que el pequeño encuentre interesantes modelos que ya debería de abandonar, desde el punto de vista racional, estos niños no presentan ninguna dificultad ni diferencia a la hora de optar por algún juguete, sino es alentado por otras patologías, cómo las motoras.
