El pasado 25 de enero la Comisión Europea planteó diversas medidas para mejorar la seguridad de los juguetes en Europa.
Con el paso de los años se han ido descubriendo compuestos y sustancias químicas nocivas para los bebés en diversos juguetes que se lanzan al mercado y que deben ser eliminados. Con este propósito la Comisión ha propuesto una revisión de la Directiva de Juguetes de mayor de 1988 vigente hasta el momento, ya que considera que ha quedado anticuada después de 20 años de funcionamiento.
20 años. ¿Tienen algo que ver los juguetes de que disponen ahora los niños con los que tenían sus padre hace dos décadas? Poco daño podía hacer un tren de madera.
Con esta revisión se periguen tres objetivos principales:
– Imponer nuevas exigencias en materia de seguridad, y que las medidas sean más estrictas.
– Incrementar la responsabilidad de los fabricante y los importadores en materia de comercialización de juguetes. No sólo basta con que las empresas europeas sean responsables, sino que también los países externos a la unión tengan ese compromiso.
– Ampliar las obligaciones de los estados miembros en materia de vigilancia del mercado.
Además de estos tres objetivos principales, se ha hecho especial incapie en reforzar las normas comunitarias que se refieren a sustancias químicas peligrosas para la salud y que pueden provocar intoxicaciones o accidente vinculados al juguete.
Estas serían algunas de las propuestas concretas que se van a establecer, según a informado el Instituto Nacional de consumo:
– Prohibir la utilización de sustancia químicas susceptibles de provocar cáncer, como las llamadas CMR (cancerígenas, mutágenas o toxicas para la reproducción).
– Reducir los límites permitidos por ciertas sustancias químicas peligrosas como el plomo o el mercurio.
– Obligar a los fabricantes de juguetes a hacer las advertencias necesarias para mejorar la prevención de accidentes, así como reforzar las normas para prevenir accidentes debidos a las piezas pequeñas que contienen algunos juguetes.
– Obligar a los fabricantes de juguetes a dirigir sus informaciones técnicas completas para que las autoridades de control de mercado puedan controlar el diseño y la fabricación del juguete.
– Reforzar la responsabilidad de los importadores para tener la seguridad de que los juguetes procedentes de terceros países son seguros.
– Obligar a los Estados miembros a reforzar los controles en sus mercados y en las fronteras comunitarias.
Para desarrollar estas propuestas y conseguir estos objetivos, la reforma debe pasar primero por el Parlamento y el Consejo de Ministros.
Más información: Instituto Nacional de Consumo
Vía: bebesymas